«Nunca una criatura que no necesita nada tomará en serio nuestras necesidades. En la vida privada, la dependencia une a los individuos. Un niño que no tuviera adultos de quienes depender para orientarse terminaría por ser una persona gravemente dañada, incapaz de aprender, profundamente insegura. Como adultos, si evitáramos a las personas más enfermas, más viejas o más débiles que nosotros y que necesitan ayuda, tendríamos, en el mejor de los casos, un círculo de conocidos, pero no amigos.»